10/18/2006

Sucre






Nos fuimos a Sucre con la esperanza de conocer a Evo Morales en persona. Sucre era un destino prioritario pues allí sesionaba la Asamblea Constituyente, y andábamos en busca de procesos históricos. La verdad es que Sucre es impresionantemente bella, Potosí nos gustó mucho más porque es más auténtica, pero Sucre es objetivamente linda y por lo mismo, llena de turistas europeos. De hecho, la primera noche nos juntamos con Dannika, a quién habíamos visto por última vez después de los incidentes del camino de Uyuni a Potosí; y nos fuimos a un bar lleno de gringos. Solo los garzones eran bolivianos. Y dormimos en una hostal llena de gringos. Solo los empleados eran bolivianos. Hostal Cruz de Popayán, por $28 (28 bolivianos = 2 lucas) la noche con desayuno incluido, es el lugar más bacán donde hemos dormido.

Lo primero que hicimos en Sucre fue preguntar por la Asamblea.
- ¿Dónde se junta la asamblea?
- En el teatro Mariscal.
- ¿Y a qué hora se junta?
- Todos los días, todo el día.

“Qué bien” pensamos y partimos al Teatro Mariscal.
- ¿A qué hora se junta la Asamblea?
- Mañana martes a las 3 de la tarde.
- ¿hoy no?
- Hoy no

Volvimos al día siguiente a las tres de la tarde, puntualmente, pero en las calles no se movía ni una mosca, ni periodistas, ni manifestantes, ni policías, nada.
- ¿Hoy se junta la Asamblea?
- No, mañana miércoles a las 3 de la tarde.

La desinformación en Bolivia parecía un chiste. Nunca jamás respondieron nuestras preguntas con datos certeros y no se trataba de que fueran mentirosos o trataran de embaucarte porque nadie ganaba nada con sus respuestas difusas. Simplemente no decían no sé.

Pero al día siguiente todos los diarios anunciaban el reinicio de las actividades de la asamblea después de un largo receso a causa de los conflictos internos. Para mantenernos más en el tema, habíamos ido el día anterior a una charla: “Orden territorial de la República”.
Bolivia se divide en nueve departamentos: La Paz, Potosí y Oruro en el Altiplano, Cochabamba, Chuquisaca y Tarija en el Llano, Santa Cruz, Beni y Pando en el Oriente. Pero estas tres últimas concentran la mitad del territorio y los recursos naturales, mientras que todo el poder y el dinero está concentrado en La Paz.
A los habitantes del Oriente les dicen “cambas” y a los demás “Colla”. Existe una rivalidad muy fuerte entre cambas y collas, promovido por los grandes empresarios para desestabilizar el gobierno de Evo Morales. Esta rivalidad es tal que no son pocos los que hablan de guerra civil.
Entonces una de las principales discusiones al interior de la Asamblea es la distribución del poder y del territorio. Algunos proponen distribuir equitativamente territorio y recursos naturales, haciendo nuevos departamentos que respeten la distribución de las distintas etnias que constituyen Bolivia, mientras que otros proponen la autonomía de los actuales departamentos.

Llegamos a las 3 de la tarde del miércoles, ahora con el único compatriota que encontramos durante todo el viaje, Andrés. Pero de nuevo el exceso de quietud nos hizo sospechar.
- ¿A qué hora se junta la Asamblea?
- A las 4 recién se va a saber si se juntan o no –
- ¿Y a esa hora se puede entrar?
- Si, la asamblea es pública –

“Vamos a hacer hora a la hostal” pensamos, y llegamos a exacerbar nuestro orgullo latinoamericanista, viendo “Diarios de Motocicletas”. Paradójicamente, mientras veíamos la película, se empezaron a acercar de a poquito, primero un suizo, luego un norteamericano, un brasileño y un australiano. Nuestros planes para después de la asamblea era ir a un café cubano - donde hacían clases de salsa – que estaba justo al frente de la sede de la Juventud Comunista Boliviana y donde dos noches atrás habíamos conocido a un ex seminarista que estaba muy desilusionado de la Iglesia. Rubén venía llegando a Sucre, su ciudad natal, después de varios años haciendo clases en un colegio católico de Santa Cruz. En pocos años ya había visto demasiada sodomía, abuso de menores y corrupción entre los curas.

Cuando terminó la película y cumplimos con el ritual de saludarnos y hacernos las preguntas de rigor ¿de dónde son? ¿De dónde vienen? ¿A dónde van? Partimos al café cubano ya que se nos había hecho demasiado tarde para la Asamblea. Sin querer queriendo llegamos con una decena de gringos a este pequeño café donde los bolivianos aprendían a bailar salsa. Cuento corto, después de dos mojitos y un Daikiri, terminamos las dos borrachas hablando un inglés champurriado con un alpinista suizo que trabajaba en chile, un yanki verde que le encantaba discutir de política y brasileño con acento español que no bailaba salsa.

Casa de la Libertad

Nuestra intención de conocer los museos de Sucre también fue un chiste. Primero partimos a una oficina turística donde nos entregaron una lista de todos los museos con sus precios y horarios. Pero los precios y los horarios nunca fueron aquellos. Había un solo museo gratuito, el Museo Regional de etnografía y Folklore que tenía una exposición de máscaras rituales muy buena. Después de ese, el museo más barato era el de Ciencias Naturales, pero ¡Oh Sorpresa! El museo no existía. Para nuestro consuelo, nos di9jeron que el día siguiente era el Día del Turista y que todos los museos eran gratis. “¡La raja!” pensamos e hicimos toda una estrategia para visitar todos los museos en un día. Al día siguiente llegamos al Museo de Arte Textil, el más caro de todos, y nos dijeron:
- Lo siento, hoy es gratis solo para los bolivianos -
- ¿Y no para los turistas?
- No

“¿Y porque se llama Día del Turista?” era la pregunta del millón.

Frente a este panorama, había un solo museo que valía la pena, la Casa de la Libertad, el lugar donde se firmó la independencia boliviana. Tan importante como la casa histórica en Tucumán, pero mucho más ostentosa e impresionante.
Sin embargo, lo más impresionante era la historia boliviana, forjada por un montón de guerrilleros mestizos y no por aristócratas criollos. Donde además, el personaje más importante es una mujer, Juana Azurduy de Padilla. Sucre y Bolívar llegaron cuando estos guerrilleros liderados por Juana Azurduy ya habían derrotado a los españoles después de 16 años combatiendo solos. Los próceres venezolanos les dieron el honor de sus nombres al país y su capital y gobernaron los primeros años. Juana murió vieja, pobre y olvidada.

A Cochabamba me voy
A Cochabamba, señores,
Cantarán los ruiseñores
A Cochabamba me voy.

Lo mejor de Cochabamba fue “¿Quién mató a la Llamita blanca?”, “La Rebelión de las Wakas” (que contaremos en el próximo capítulo), y la malta con merengue. Por solo 50 centavos ($35), te llenaban un vaso con merengue dulcecito y después le agregaban malta sin alcohol (maltín). El mejor desayuno que he tomado en mi vida.
Después conocimos a un cochabambino que nos habló de las maravillas de su región, partiendo por el chicharrón de cerdo, y que por falta de información, no conocimos ninguna.

Cochabamba – La Paz

El día anterior compramos los pasajes a La Paz por seguridad. Salíamos a las 2 de la tarde y llegábamos a las 9. Llegamos a las 13.30 a dejar nuestras mochilas y las chicas de la oficina nos miraron con cara de desconcierto. Nuestro bus nunca existió.
- Pero ese de ahí sale ahora – nos dijeron, indicándonos el local de un costado, y nos devolvieron la plata.
Corrimos a sacar pasajes y lo conseguimos, dejamos nuestras mochilas y partimos a almorzar.
- Una hamburguesa completa y un sándwich de pavita, por favor –
- ¿dos hamburguesas?
- No, una hamburguesa completa y un sándwich de pavita, por favor –

A los diez minutos llega la mesera con un sándwich de pavita y dos hamburguesas.
- Nosotros no vamos a pagar ese plato – le advertimos apenas puso la segunda hamburguesa en la mesa.
- Pero si ustedes pidieron dos –
- No, nosotros pedimos una hamburguesa completa y un sándwich de pavita.
- Pero yo les pregunté si querían dos –
- Y nosotras te respondimos que no, que queríamos UNA hamburguesa y UN sándwich de pavita. Tu te equivocaste, no nosotras-

La chica se devuelve a la cocina con la hamburguesa y discute algo con la cocinera que no alcanzamos a escuchar. La pregunta del millón era, si éramos dos personas, para qué queríamos tres platos.

Ahora se acerca la cajera, bis de la primera discusión.
Finalmente nos tragamos los sanguches, pagamos con las monedas justas y nos fuimos del local con el almuerzo atravesado en la boca del estómago. El mal rato se pasó mirando el espectacular paisaje que pasaba por la ventana.

A mitad de camino, en Cochacoyo, el bus se detiene para comer e ir al baño (porque aquí los buses no tienen baño). Después de 15 minutos, los pasajeros vuelven a subir, pero el bus no parte. No nos alarmamos, el chofer baja a revisar las ruedas y el motor, y sube de nuevo a tratar de hacer partir el bus. Después de 20 minutos de estar medio dormidas en los asientos esperando partir, el cielo oscurece, el chofer pide que se bajen todos los pasajeros y la cosa se pone color de hormiga. La única forma de hacer partir el bus era empujándolo y una veintena de pasajeros empuja el bus para atrás primero, luego para adelante. Una diez veces, sin resultado.
Lo que al principio parecía un chiste que divertía a todos los pasajeros, ahora los enfurece. Estamos botados a mitad de camino y no solo eso, mañana empiezan de nuevo los bloqueos, es decir, sino llegamos hoy a La paz, no llegaremos nunca.
“Los últimos serán los primeros” es el eslogan del viaje, y mientras los pasajeros discuten con el chofer, nosotros nos tomamos un par de cervezas. Primero llega un bus de la misma empresa y los pasajeros más apurados se amontonan tratando de subirse y agarrar un asiento. Muchos se van parados y aún quedan tres horas de viaje. Nosotros nos acercamos a buscar nuestras mochilas y a escuchar lo que conversan los pasajeros que quedaron abajo.
- Podemos hacer grupo y tomar un taxi hasta Oruro y desde ahí coger un bus a La Paz –
Así lo hicieron varios. Ahora solo quedamos ocho en el camino. Somos los últimos. Entonces para un bus de otra línea. Un francés que ha estado muerto de la risa con la situación, corre a preguntar si tienen espacio. Positivo, tiene espacio, y nos hace una seña para que corramos. Todos corremos con nuestras mochilas, subimos rápidamente y efectivamente, quedaban justo ocho asientos. Pagamos nuestros pasajes y nos vamos a La Paz como si nada, con apenas una hora de retraso.

5 comentarios:

Chavalito dijo...

recien descubrí tu blog, me encanta tu manera de relatar, ademas bolivaia es un pais que me encanta, lo visité el año pasado.
saludos desde francia

Barbaridad dijo...

deja de hacer tantas clases de historia, en vez de citar a galeano cuenta mas anecdotas de ustedes...
besos y abrazos de paris

Anónimo dijo...

chaaaaaaaaaaa q mala onda ...jaja.

Francisca Araya dijo...

hemos contado casi todas nuestras anecdotas, que más queris, perdona si andamos haciendo historia por la vida, jajajaja.

jlo dijo...

chicas, un placer leer sus comentarios, me gusta que chicas jovenes mezclen con ironia, humor y cultura sus observaciones de un pais tan contrastante con el mio (uruguay) pero tan fascinante; esa es la verdadera america que ustedes logran hacer ver al mundo.
La verdad, me encantaria conocerlas, no es tan comun este tipo de relatos.
jolmos@esm.com.uy