10/24/2006

¿Quien mató a la llamita blanca?















Esta película es demasiado buena. Original, entretenidísima, muy sarcástica y precisa.
La vimos en Cochabamba, justo en la mitad de nuestro viaje por Bolivia y nos reimos como si se tratara de nosotras mismas. Todo lo que habíamos visto y todo lo que veríamos después, todo lo que nos llamaba la atención, todo lo que nos producía desconcierto, todo lo que nos identificaba, estaba ahí, expresado en esta película. La vimos en el momento preciso. Fue casi como una explicación caida del cielo: ¿Quieren entender Bolivia? Chúpense esta. Gracias, por favor concedido.
No voy a contar la película y sus detalles, si quieren saber más, métanse a:
quienmatoalallamitablanca.com
Y crucen los dedos porque algun distribuidor, aunque sea pirata, la traiga a Chile.

10/19/2006

CERRO RICO DE POTOSÍ










Y bueno, como era eso que Potosí es la que más le ha dado el mundo. Resulta que Potosí tiene el llamado “Cerro Rico” que es un cerro que evidentemente existe antes de la conquista; y resulta que cuando los primeros mineros indígenas vieron los filones de plata en él; se escuchó una voz estrepitosa que decía en quechua: “no es para uds.; Dios reserva estas riquezas para los que vienen de más allá”. Así entonces se le cambió el nombre al cerro al de Potosí, que significa en quechua “truena, revienta, hace explosión”. Y como dice Galeano “los que vienen del más allá no tardaron mucho en aparecer. Los capitanes de la conquista se abrían paso. En 1545, el indio Huallpa corría tras las huellas de una llama fugitiva y se vio obligado a pasar la noche en el cerro. Para no morirse de frío, hizo fuego. La fogata alumbró una hebra blanca y brillante. Era plata pura. Se desencadenó la avalancha española”
Sabiendo esto, entonces empezamos a averiguar como ir al cerro a ver que pasa ahora con la mina. Solo existen tours para ir; así que cotizamos, cotizamos hasta que nos quedamos con la agencia que nos cobraba mas barato por ser hermanas latinoamericanas (50 bolivianos.) y que la conforman ex_mineros.
Bueno, llegamos y primero íbamos a un mercado minero, a la entrada de la mina, donde nos mostraban los principales implementos de importancia para los mineros; donde uno era lejos el principal: la hoja de coca y sus “acompañantes” que son en general los catalizadores de su efecto; tales como sustancias alcalinas, calugas dulces etc. “La coca es la hoja sagrada, la maldición del gringo” nos decía nuestro primer guía. Se nos sugirió comprar coca y refrescos para llevar de regalos a los mineros y lo hicimos.
Fuimos entonces a ponernos el “traje” de mineras para poder entrar a la mina. Yo pensaba que era un exageración (pobre ingenua, no sabía lo que nos esperaba…)
Entramos a la claustrofóbica mina; donde faltaba el aire y solo hay túneles angostos, fríos y oscuros. Nuestra guía nos empezaba a contar que la mina funciona en base a cooperativas; sin embargo esto no ha resultado de facto, pues el sentido de comunidad se ha perdido y han existido abusos en ese sentido; por lo tanto la cosa funciona en la mina de Potosí así: CADA UNO GANA LO QUE SACA.
¿Y que es lo que hoy se puede sacar de Potosí? Mineral de baja calidad, el estaño que era la basura en tiempos de explotación de la plata, y finalmente plata de muy baja ley. Como no hay fábricas ni industrias en Bolivia; todo sale para fuera. En la mina la cosa funciona en base a carritos y caminantes tristes que trasladan el mineral a pulso con su bultito de coca a un costado de la boca.
Siempre la esperanza es encontrar mineral de alta calidad, de hecho hace poco tiempo atrás 2 hermanos mineros encontraron plata muy buena en la mina; y ahora son los millonarios de Potosí, con empresas de buses y hoteles. Con este hito, aún más viva está la expectativa de los mineros de seguir trabajando al máximo y hacer historia.
Ahora bien; no siempre en Potosí el trabajo era tan precariamente manual como lo vemos ahora; hasta antes de 1985 (año en que se instala el neoliberalismo en Bolivia); todo era mecanizado y los mineros “incluso” podían salir a comer almuerzo. Ahora no. Ahora los mineros están de corrido hasta las 6 p.m y no comen nada. Solo mastican hoja de coca. La hoja de coca hace milagros, de hecho la historia relata que en tiempos en que se explotaba brutalmente a los indígenas para que los que los españoles aprovecharan la plata del cerro; las cantidades de hoja de coca que se consumían eran incontables; pues solo con ésta podían aguantar el cansancio y el hambre. Los indígenas podían aguantar más de un mes sin comer, antes de morir. Se estima que 8 millones de indígenas murieron debidos a la explotación. Desde aquellos tiempos hasta hoy, la “silicosis” es la causa de muerte principal de los mineros y mineras. “MAL DE MINAS”, le llaman a la silicosis. En la mina actualmente trabajan 12 mil personas, de las cuales hay 400 mujeres y 600 jóvenes ilegales menores de 18 años que pueden llegar a ganar 50 bolivianos al día (3.500 pesos chilenos). Así como si fuera lo más normal del mundo, nuestra guía y luego el recepcionista de nuestra residencial que algunos periodos ha trabajado en la mina; nos cuentan que los que trabajan en ella DEBEN morir a los 40 o 45 años. No pueden durar más allá de esa edad, eso es lo normal.
Luego de subir por escaleras interminables, hacernos las valientes sin quejarnos, pero con una sensación de encierro desesperante, un cansancio brutal en las piernas y una espantosa falta de aire; bajamos al lugar más sagrado de la mina: donde está el “TIO”. El “tio” es una figura que al verla es simplemente un diablo. Pero no es tan simple ni unilateral el significado. El “tío” es dios, el diablo y el conquistador español. Las 3 representaciones al mismo tiempo…y bueno que nos extrañamos tanto. Es similar a la relación polisémica y contradictoria que se tiene en todas las religiones con lo sagrado: el respeto y el miedo, el amor y el temor, la admiración-veneración por el pánico al castigo. En el fondo un dios común y corriente. Excepto por un falo gigante que nos tenía realmente perturbadas..”¿Por qué ese pene?”, finalmente tuvimos que preguntar. “Ese pene representa el machismo en la mina, pero también la fertilidad y la productividad”.
Afuera los mineros y mineras son católicos, adentro no. Adentro es el “tio” el único al que pueden adorar y darle ofrendas por lo menos una vez a la semana, no sólo en Febrero cuando es su fiesta oficial. Y nos fuimos del lado del “tio” que está atiborrado, ahogado de la ofrenda más importante que tiene literalmente hasta por las orejas: la hoja de coca.
Al otro día, no podíamos caminar muy bien del dolor de piernas; así que solo nos quedaba ir a las Termas de Tarapaya, una laguna redonda perfecta de aguas termales donde se iban a bañar los incas enfermos. Ahí nos bañamos, enfermas del asombro que nos va a penar hasta la muerte si pretendemos seguir siendo mujeres de izquierda…y enfermas de rabia y pena también un poco.

10/18/2006

Sucre






Nos fuimos a Sucre con la esperanza de conocer a Evo Morales en persona. Sucre era un destino prioritario pues allí sesionaba la Asamblea Constituyente, y andábamos en busca de procesos históricos. La verdad es que Sucre es impresionantemente bella, Potosí nos gustó mucho más porque es más auténtica, pero Sucre es objetivamente linda y por lo mismo, llena de turistas europeos. De hecho, la primera noche nos juntamos con Dannika, a quién habíamos visto por última vez después de los incidentes del camino de Uyuni a Potosí; y nos fuimos a un bar lleno de gringos. Solo los garzones eran bolivianos. Y dormimos en una hostal llena de gringos. Solo los empleados eran bolivianos. Hostal Cruz de Popayán, por $28 (28 bolivianos = 2 lucas) la noche con desayuno incluido, es el lugar más bacán donde hemos dormido.

Lo primero que hicimos en Sucre fue preguntar por la Asamblea.
- ¿Dónde se junta la asamblea?
- En el teatro Mariscal.
- ¿Y a qué hora se junta?
- Todos los días, todo el día.

“Qué bien” pensamos y partimos al Teatro Mariscal.
- ¿A qué hora se junta la Asamblea?
- Mañana martes a las 3 de la tarde.
- ¿hoy no?
- Hoy no

Volvimos al día siguiente a las tres de la tarde, puntualmente, pero en las calles no se movía ni una mosca, ni periodistas, ni manifestantes, ni policías, nada.
- ¿Hoy se junta la Asamblea?
- No, mañana miércoles a las 3 de la tarde.

La desinformación en Bolivia parecía un chiste. Nunca jamás respondieron nuestras preguntas con datos certeros y no se trataba de que fueran mentirosos o trataran de embaucarte porque nadie ganaba nada con sus respuestas difusas. Simplemente no decían no sé.

Pero al día siguiente todos los diarios anunciaban el reinicio de las actividades de la asamblea después de un largo receso a causa de los conflictos internos. Para mantenernos más en el tema, habíamos ido el día anterior a una charla: “Orden territorial de la República”.
Bolivia se divide en nueve departamentos: La Paz, Potosí y Oruro en el Altiplano, Cochabamba, Chuquisaca y Tarija en el Llano, Santa Cruz, Beni y Pando en el Oriente. Pero estas tres últimas concentran la mitad del territorio y los recursos naturales, mientras que todo el poder y el dinero está concentrado en La Paz.
A los habitantes del Oriente les dicen “cambas” y a los demás “Colla”. Existe una rivalidad muy fuerte entre cambas y collas, promovido por los grandes empresarios para desestabilizar el gobierno de Evo Morales. Esta rivalidad es tal que no son pocos los que hablan de guerra civil.
Entonces una de las principales discusiones al interior de la Asamblea es la distribución del poder y del territorio. Algunos proponen distribuir equitativamente territorio y recursos naturales, haciendo nuevos departamentos que respeten la distribución de las distintas etnias que constituyen Bolivia, mientras que otros proponen la autonomía de los actuales departamentos.

Llegamos a las 3 de la tarde del miércoles, ahora con el único compatriota que encontramos durante todo el viaje, Andrés. Pero de nuevo el exceso de quietud nos hizo sospechar.
- ¿A qué hora se junta la Asamblea?
- A las 4 recién se va a saber si se juntan o no –
- ¿Y a esa hora se puede entrar?
- Si, la asamblea es pública –

“Vamos a hacer hora a la hostal” pensamos, y llegamos a exacerbar nuestro orgullo latinoamericanista, viendo “Diarios de Motocicletas”. Paradójicamente, mientras veíamos la película, se empezaron a acercar de a poquito, primero un suizo, luego un norteamericano, un brasileño y un australiano. Nuestros planes para después de la asamblea era ir a un café cubano - donde hacían clases de salsa – que estaba justo al frente de la sede de la Juventud Comunista Boliviana y donde dos noches atrás habíamos conocido a un ex seminarista que estaba muy desilusionado de la Iglesia. Rubén venía llegando a Sucre, su ciudad natal, después de varios años haciendo clases en un colegio católico de Santa Cruz. En pocos años ya había visto demasiada sodomía, abuso de menores y corrupción entre los curas.

Cuando terminó la película y cumplimos con el ritual de saludarnos y hacernos las preguntas de rigor ¿de dónde son? ¿De dónde vienen? ¿A dónde van? Partimos al café cubano ya que se nos había hecho demasiado tarde para la Asamblea. Sin querer queriendo llegamos con una decena de gringos a este pequeño café donde los bolivianos aprendían a bailar salsa. Cuento corto, después de dos mojitos y un Daikiri, terminamos las dos borrachas hablando un inglés champurriado con un alpinista suizo que trabajaba en chile, un yanki verde que le encantaba discutir de política y brasileño con acento español que no bailaba salsa.

Casa de la Libertad

Nuestra intención de conocer los museos de Sucre también fue un chiste. Primero partimos a una oficina turística donde nos entregaron una lista de todos los museos con sus precios y horarios. Pero los precios y los horarios nunca fueron aquellos. Había un solo museo gratuito, el Museo Regional de etnografía y Folklore que tenía una exposición de máscaras rituales muy buena. Después de ese, el museo más barato era el de Ciencias Naturales, pero ¡Oh Sorpresa! El museo no existía. Para nuestro consuelo, nos di9jeron que el día siguiente era el Día del Turista y que todos los museos eran gratis. “¡La raja!” pensamos e hicimos toda una estrategia para visitar todos los museos en un día. Al día siguiente llegamos al Museo de Arte Textil, el más caro de todos, y nos dijeron:
- Lo siento, hoy es gratis solo para los bolivianos -
- ¿Y no para los turistas?
- No

“¿Y porque se llama Día del Turista?” era la pregunta del millón.

Frente a este panorama, había un solo museo que valía la pena, la Casa de la Libertad, el lugar donde se firmó la independencia boliviana. Tan importante como la casa histórica en Tucumán, pero mucho más ostentosa e impresionante.
Sin embargo, lo más impresionante era la historia boliviana, forjada por un montón de guerrilleros mestizos y no por aristócratas criollos. Donde además, el personaje más importante es una mujer, Juana Azurduy de Padilla. Sucre y Bolívar llegaron cuando estos guerrilleros liderados por Juana Azurduy ya habían derrotado a los españoles después de 16 años combatiendo solos. Los próceres venezolanos les dieron el honor de sus nombres al país y su capital y gobernaron los primeros años. Juana murió vieja, pobre y olvidada.

A Cochabamba me voy
A Cochabamba, señores,
Cantarán los ruiseñores
A Cochabamba me voy.

Lo mejor de Cochabamba fue “¿Quién mató a la Llamita blanca?”, “La Rebelión de las Wakas” (que contaremos en el próximo capítulo), y la malta con merengue. Por solo 50 centavos ($35), te llenaban un vaso con merengue dulcecito y después le agregaban malta sin alcohol (maltín). El mejor desayuno que he tomado en mi vida.
Después conocimos a un cochabambino que nos habló de las maravillas de su región, partiendo por el chicharrón de cerdo, y que por falta de información, no conocimos ninguna.

Cochabamba – La Paz

El día anterior compramos los pasajes a La Paz por seguridad. Salíamos a las 2 de la tarde y llegábamos a las 9. Llegamos a las 13.30 a dejar nuestras mochilas y las chicas de la oficina nos miraron con cara de desconcierto. Nuestro bus nunca existió.
- Pero ese de ahí sale ahora – nos dijeron, indicándonos el local de un costado, y nos devolvieron la plata.
Corrimos a sacar pasajes y lo conseguimos, dejamos nuestras mochilas y partimos a almorzar.
- Una hamburguesa completa y un sándwich de pavita, por favor –
- ¿dos hamburguesas?
- No, una hamburguesa completa y un sándwich de pavita, por favor –

A los diez minutos llega la mesera con un sándwich de pavita y dos hamburguesas.
- Nosotros no vamos a pagar ese plato – le advertimos apenas puso la segunda hamburguesa en la mesa.
- Pero si ustedes pidieron dos –
- No, nosotros pedimos una hamburguesa completa y un sándwich de pavita.
- Pero yo les pregunté si querían dos –
- Y nosotras te respondimos que no, que queríamos UNA hamburguesa y UN sándwich de pavita. Tu te equivocaste, no nosotras-

La chica se devuelve a la cocina con la hamburguesa y discute algo con la cocinera que no alcanzamos a escuchar. La pregunta del millón era, si éramos dos personas, para qué queríamos tres platos.

Ahora se acerca la cajera, bis de la primera discusión.
Finalmente nos tragamos los sanguches, pagamos con las monedas justas y nos fuimos del local con el almuerzo atravesado en la boca del estómago. El mal rato se pasó mirando el espectacular paisaje que pasaba por la ventana.

A mitad de camino, en Cochacoyo, el bus se detiene para comer e ir al baño (porque aquí los buses no tienen baño). Después de 15 minutos, los pasajeros vuelven a subir, pero el bus no parte. No nos alarmamos, el chofer baja a revisar las ruedas y el motor, y sube de nuevo a tratar de hacer partir el bus. Después de 20 minutos de estar medio dormidas en los asientos esperando partir, el cielo oscurece, el chofer pide que se bajen todos los pasajeros y la cosa se pone color de hormiga. La única forma de hacer partir el bus era empujándolo y una veintena de pasajeros empuja el bus para atrás primero, luego para adelante. Una diez veces, sin resultado.
Lo que al principio parecía un chiste que divertía a todos los pasajeros, ahora los enfurece. Estamos botados a mitad de camino y no solo eso, mañana empiezan de nuevo los bloqueos, es decir, sino llegamos hoy a La paz, no llegaremos nunca.
“Los últimos serán los primeros” es el eslogan del viaje, y mientras los pasajeros discuten con el chofer, nosotros nos tomamos un par de cervezas. Primero llega un bus de la misma empresa y los pasajeros más apurados se amontonan tratando de subirse y agarrar un asiento. Muchos se van parados y aún quedan tres horas de viaje. Nosotros nos acercamos a buscar nuestras mochilas y a escuchar lo que conversan los pasajeros que quedaron abajo.
- Podemos hacer grupo y tomar un taxi hasta Oruro y desde ahí coger un bus a La Paz –
Así lo hicieron varios. Ahora solo quedamos ocho en el camino. Somos los últimos. Entonces para un bus de otra línea. Un francés que ha estado muerto de la risa con la situación, corre a preguntar si tienen espacio. Positivo, tiene espacio, y nos hace una seña para que corramos. Todos corremos con nuestras mochilas, subimos rápidamente y efectivamente, quedaban justo ocho asientos. Pagamos nuestros pasajes y nos vamos a La Paz como si nada, con apenas una hora de retraso.

10/02/2006

Potosí




































"Esta ciudad condenada a la nostalgia, atormentada por la miseria y el frío, es todavía una herida abierta del sistema colonial en América: una acusación. El mundo tendría que empezar por pedirle disculpas."
Eduardo Galeano ( "Las venas abiertas de América Latina")

Potosí es la ciudad que más ha dado al mundo y la que menos tiene; como se dice muchas veces debido a la usurpación de su riqueza mineral por parte de los españoles y europeos en general en época de la colonia.
Cuando escribo esto ya hemos estado en otras ciudades de Bolivia ; y por eso puedo comparar y decir que Potosí es especial. Potosí es impresionante.
Nos quedamos cinco días y cada vez que en las tardes caminábamos; era una cosa de mirar, subir, bajar y quedar con la respiración atascada no solo por la puna debido a los 4.000 metros de altura sobre el mar; sino que también de la conmoción de ver una ciudad tan hermosa. Era un placer mirarla; yo pensaba : "prefiero estar mirando y paseando por esta ciudad antes que hacer todas las cosas que más me gustan" (que supongo que son las mismas tres en todo el mundo). ¡Que Salta ni que nada, es Potosí la más linda! (De hecho "linda" me suena tan corto…)
Todas las calles parecen peatonales, por su suelo de piedra y las veredas angostas; pero no lo son. Pasan autos y puede ser entonces medio peligroso, pero el movimiento peatonal es el que lleva la batuta. Todas las calles son subidas empinadas por lo que siempre hay que andar lento y respirando coordinadamente. Pero así mismo; siempre la vista es espectacular y distinta. La ciudad está tomada por lo niños y niñas; en realidad no sé si alguna vez había visto que era tan alta la proporción de niños y niñas (siempre apatotados) en comparación con los adultos. Venden comida en todas las calles, de hecho nuestro tour culinario fue incansable: empanadas salteñas, tutis frutis, rellenos de papa, jugo de quinoa con leche, jugos de naranjas, empanadas de queso, charque, queso fresco, pan amasado, etc. Da un poco de pudor hablar de los precios porque es demasiado poco. Lo más caro de todas estas cosas que he nombrado costaba 1 boliviano (es decir 70 pesos chilenos). Es muy extraño contar por ejemplo que un relleno de papa (que es como una tortilla de papas con zanahoria) con un pequeño agregado de ensaladas costaba 50 centavos (es decir 35 pesos chilenos…). Nunca nos enfermamos de la guata ni nada parecido. Lo que si hay que decir es que cuesta mucho encontrar un basurero, de hecho un día después de comer una sandía, debo haber pasado horas con la cáscara en la mano sin saber donde botarla. Por esto las calles de Potosí son muy cochinas. Las mujeres son muy visibles y los hombres muy invisibles. En todo Bolivia debe ocurrir algo similar, pero en Potosí es demasiado claro. Hay mas "cholas" que en otras ciudades (Cholas son las mujeres que uno identifica con sus vestimentas típicas bolivianas como suele ocurrir con las identidades reprimidas; es la palabra correcta desde dentro del a comunidad, pero puede utilizarse como ofensa fuera de ésta). Son ellas las que venden en la calle, las que hablan más fuerte y las que resaltan por sus colores, forma de caminar etc. Es como si los hombres no existieran, de verdad puede que sean mas en cantidad pero no se distinguen, no se ven.
El Quechua se habla tupido y parejo, también más que en otras ciudades que hemos conocido. Al principio no sabíamos bien si era quechua, pues en Bolivia se hablan muchas lenguas indígenas, pero suponíamos que era la más importante. Por ejemplo si uno entra al "google" de Bolivia (www.google.com.bo), existe la opción de leerlo en quechua. Para no quedar con la duda, en una conversación que escuchábamos esperando el tour a la mina; le pregunte no más a un hombre si lo que hablaban era quechua. Pensé que era un poco desubicado tal vez; pero no. El discurso político del quechua está a flor de boca: "Sí es quechua. Acá hablamos quechua y en La Paz vas a encontrar el Aymara. Es una manera de recordar a nuestros ancestros y de no tener mala memoria. Nosotros somos quechua y por eso lo aprendemos y se los enseñamos a nuestros hijos. Cada vez es más difícil, pero lo hacemos porque ese es nuestro idioma. El español es de los españoles".
Porque la mala memoria es parece el destino fatal de Latinoamérica y del mundo. Por eso es necesario intentar las pequeñas y grandes reparaciones constantemente. Un recuerdo o "herida abierta" que tenemos que conocer, es la historia del cerro rico en Potosí, el cerro que tenía una cantidad tan impresionante de plata que podría haber hecho de Bolivia uno de los países mas poderosos y millonarios del mundo. Pero para saber lo que paso y ahora pasa con la mina en Potosí, hay que hacer un relato y reflexión especial. Muy luego lo tendremos, por el momento un adelanto dado por Galeano:
"Para arrancar la plata de América, se dieron cita en Potosí los capitanes y los ascetas, los caballeros de la lidia y los apóstoles, los soldados y los frailes. Convertidas en piñas y lingotes, las visceras del cerro rico alimentaron sustancialmente el desarrollo de Europa. ´Vale un Perú´ fue el elogio máximo a las personas y las cosas desde que Pizarro se hizo dueño del Cuzco, pero a partir del descubrimiento del cerro, Don Quijote de la Mancha habla con otras palabras ´Vale un Potosí´, advierte a Sancho.."